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Impresoras en 3D

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Fabricar una oreja con una impresora 3D

Uso en medicina

Científicos estadounidenses logran construir en el laboratorio pabellones auriculares tan reales como las de verdad

Una oreja nueva, flexible e igual que la real en tres meses. Un grupo de bioingenieros y médicos de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) han creado una oreja artificial sumando dos de las tecnologías más prometedoras: la impresión en 3-D y la ingeniería de tejidos.

La técnica está pensada para reparar una malformación congénita llamada microtia que hace que los niños nazcan sin pabellón auricular o con una oreja muy pequeña y deforme. Los tratamientos para reconstruirla son largos y conllevan numerosas cirugías.


Larry Bonassar muestra una oreja fabricada con impresoras 3D en su laboratorio de la Universidad de Cornell



A cambio, los investigadores estadounidenses proponen implantar una oreja fabricada en el laboratorio tan natural como la real porque se repuebla con células del propio paciente. Además de niños con deformidades, podría ser útil en personas que sufren daños irreparables en el pabellón auricular por cáncer o traumatismos.

Se trata de un nuevo paso en la regeneración de tejidos y órganos de laboratorio que los científicos estadounidenses describen en la revista «PLOS ONE».

El primer paciente en tres años

Para fabricar estas «bio orejas», Lawrence Bonassar y su equipo empezaron con una imagen digital en tres dimensiones de una oreja humana y convirtieron esa imagen en un modelo real, gracias a una impresora en 3-D. Rellenaron ese molde de un gel de alta densidad de la consistencia de una gelatina, desarrollado por la Universidad de Cornell. Así consiguieron un andamiaje perfecto sobre el cual hacer crecer el cartílago con células del propio paciente.

Según Bonassar, el proceso es rápido: se necesita medio día para diseñar el molde, un día o dos para imprimirlo, 30 minutos para inyectar el gel, y 15 minutos más tarde ya se tiene una réplica exacta del pabellón auricular. Después se introduce en medios de cultivo celular durante varios días para que crezca el cartílago y sea igual que una oreja natural. En total, unos tres meses para conseguir una oreja casi natural y sin riesgo de rechazo porque se repuebla con las células del propio paciente.

El mejor momento para implantar una oreja de bioingeniería en un niño sería sobre los de 5 o seis 6 años de edad, cuando las orejas están al 80 por ciento de su tamaño adulto. Si se detecta su total seguridad en el futuro y las pruebas de eficacia funcionan, se podría realizar el primer implante humano en un oído en tan sólo tres años.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20130221/abci-crean-oreja-bionica-201302201817.html


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